Recorded Testimony
Dr
Sheila Cassidy, the English doctor detained and tortured at Villa
Grimaldi in 1975 for assisting an injured opponent of the Pinochet regime,
speaks about this horrendous crime in her book Audacity to Believe. (There
is available a statement, submitted in evidence by Dr Cassidy to the United
Nations, 20 January 1976, in which she relates in detail her experiences
at the hands of Pinochet's agents from -DINA). On the 20th of October
of 1976 Rolando Rodriguez Cordero and Mauricio Jean Carrasco were also
killed by Pinochet's men. Rolando, a friend of mine since my childhood,
was the husband of Catalina Gallardo, killed in 1975. I also knew Mauricio
as a gentle person. According to the Rettig Commission, Mauricio and Rolando
were sitting on a bench on the sidewalk when a convoy of vehicles stopped
in front of them and a man got out of a car and without saying a word
opened fire on them. One was killed instantly, and the other was left
wounded and died later
"the commission has drawn enough evidence
to come to the conviction that these two men were executed by government
agents in violation of their human rights". I have fond memories
of all these people as wonderful and generous human beings who gave me
a lot in terms of friendship and political awareness. When I left Chile
in 1974, I took with me a bunch of photographs showing my JOC
friends among them Rolando, Catalina, and Monica with happy smiles
on their faces as if to say, we are all enjoying life.
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"El
Mercurio" is the most important paper in Chile. It does not mean,
however, that is the most reliable. There is famous saying in Chile "El
Mercurio miente" ("The Mercurio tells lies").
Mercurio
23rd of November of 1975, is a song I wrote in Glasgow during the
1970s and it is about a confrontation between members of the Gallardo
family and others and members of the Armed Forces. The story about lies,
because the confrontation never took place, appeared in Chile in the right-wing
newspaper: "El Mercurio" on the above date.
The newspaper's owner Agustin Edwards played a villainous role in our
country during the 1970s. It is known that Edwards met Henry Kissinger
and CIA Richard Helm to seek help about how to prevent, the Socialist
Salvador Allende, to take up his mandate. It is also known that the paper
received CIA money to destabilise the socialist Government of Salvador
Allende.
During the Pinochet's dictatorship the paper was seen as acting on their
behalf by misinforming its readers. Many Chileans pay dearly for it and
among them: the Gallardo family and others.
Letter
from Isabel Gallardo to Sr. Ricardo Núñez
Isabel
Gallardo is an aunt of Alberto Gallardo. The letter below, written by
Isabel, reveals publicly her indignation to the suggestion made, by some
members of the present democratic government of La Concertación,
that the victims were guilty and that the victim's relatives were seeking
revenge.
Isabel
asked Mr Vidal, a Government minister, if to ask for justice was to seek
vengeance. Isabel had five members of her family assassinated by agents
of the Pinochet's regime. The accused are: Marcelo Moren Brito, Francisco
Ferrer Lima, Miguel Krassnoff Marchenko, Manuel Contreras Sepúlveda,
Ernesto Baeza Michelsen. Isabel said that these people never had the decency
of apologising for what they have done to her family and others.
Isabel
old mother met Baeza once and he suggested to her mother that she was
insane and that her children and husband never existed.
A raíz de las consecuencias de conocer el mensaje de Ricardo Lagos
anunciando que el Informe de la Comisión de Prisión Política
y Tortura ya se encuentra en la Internet y a raíz de todo lo que
ha ocurrido después de eso hasta hoy, deseo manifestar mi opinión
como familiar directo de 5 ejecutados políticos de la dictadura
de Pinochet. Respondiendo de alguna manera al soéz postulado de
algunos de que el Golpe de Estado de 1973 fue inevitable y que en definitiva
deberíamos hacer un mea culpa por la conducta anti ética
de los militares con sus prisioneros, yo insisto en que las víctimas
no son los culpables; no pueden ser los culpables, de otra manera, no
serían víctimas. Nadie se buscó ser maltrado como
lo hicieron, tampoco. Creo que los hechos hablan por sí solos,
como en el caso de mi propia familia, asesinada entre el 18 y el 19 de
Noviembre de 1975: la Familia Gallardo con 5 y 1/2 miembros del grupo
familiar muertos en horrorosas torturas en Villa Grimaldi (contando con
el bebé de mi hermano que venía en camino y fue muerto por
tortura en el útero de mi cuñada).
Ellos
fueron tomados presos repentinamente con extrema violencia; sacados de
su casa; llevados a Investigaciones donde su jefe era Ernesto Baeza Michelsen,
y en pocas horas secuestrados. Después de mucho se supo que habían
sido trasladados al centro de torturas del ejército llamado Comando
Terranova (Villa Grimaldi) donde fueron vistos por testigos sobrevivientes
del horror.
Sin
embargo al día siguiente de su detención aparecen muertos
en un enfrentamiento. Según algunos medios de comunicación
a través del periodista Julio López Blanco, estos "subversivos"
se habían enfrentado a muerte con las "fuerzas del orden"
parapetados en los Cerros de Rinconada de Maipú. (Lugar que en
esos días también pasó a pertenecer al ejército).
Cabe preguntarse de dónde habrán sacado estos "subversivos"
las fuerzas, las armas y las capacidades para enfrentarse a los super
entrenados, bien organizados, bien premunidos y cuantiosos agentes de
la DINA, para librarse de las fauces de sus aprehensores desde la Villa
Grimaldi para llegar a los cerros de Rinconada de Maipú. Cualquiera
que conoce la geografía de nuestro Gran Santiago, se da cuenta
que ese desplazamiento, incluso hoy con todos los adelantos en materia
de carreteras, no es tan fácil. Más aún tomando en
cuenta quienes eran los "subversivos" en cuestión. Ellos
eran los siguientes:
Mi padre: Alberto Gallardo Pacheco, 62 años de edad, tornero de
profesión. Sufría de escoliosis severa, lo que le impedía
respirar bien, le venían ahogos constantes porque no podía
mantener su columna derecha mucho rato, a raíz de daños
laborales sobre su espalda.
-Mi hermana, Catalina Gallardo Moreno, 29 años. Secretaria de Manpower.
Con un bebé de 6 meses al que todavía amamantaba. Una joven
mujer con hermosos ojos de color oscuro profundo con miles de sueños
y utopías por realizar.
-Mi cuñada: Mónica Pacheco Sánchez, 25 años,
profesora de inglés en un colegio municipal. Embarazada de tres
meses (segundo intento -alcanzó a gestar un bebé que nace
a los 8 meses de gestación pero muere a los pocos días precisamente
a pocos días del golpe militar, al parecer no soportó la
tensión emocional).
-Mi hermano: Roberto Gallardo Moreno, 25 años. Recién egresado
del servicio militar. Servicio que tuvo que hacer atrasado porque el régimen
militar obligó a hacer el servicio a los reservistas que por algún
motivo no lo habían podido hacer en su momento. Como mi hermano
era sano fue obligado a hacerlo. Ahí fue testigo de muchos hechos
reñidos con la moral, pero no se quedó sin hacer nada.
Y al año siguiente, el 20 de Octubre de 1976, también mi
cuñado: Juan Rolando Rodríguez Cordero, fue herido en un
falso enfrentamiento en la calle; llevado a un hospital por agentes de
la DINA de donde salió muerto.
oy
a 29 años de su asesinato en torturas, todavía estamos esperando
la acción de la Justicia en este caso que tiene múltiples
testigos. Y que generosamente nos han dado testimonios del martirologio
sufrido por mi familia.
¿Acusados
de qué?. No se les hizo ningún tipo de procedimiento judicial
ni siquiera uno falso antes de matarlos. Fueron sometidos a toda clase
de torturas, como consta en el Informe Rettig, y ni siquiera pudieron
contar con un entierro digno. Los cadáveres registraban evidentes
muestras de tortura. En particular me duele que a mi hermana le hayan
arrancado los ojos y le dejaron las cuencas vacías porque sus ojos
eran llamativamente brillantes.
Nosotros
hemos denunciado reiteradas veces quienes fueron sus torturados; nombres
que casualmente se repiten: Marcelo Moren Brito Francisco Ferrer Lima
Miguel Krassnoff Marchenko Manuel Contreras Sepúlveda Ernesto Baeza
Michelsen y otros agentes de menor rango que los anteriores. Nunca ninguno
de los involucrados han dado siquiera un gesto de arrepentimiento por
lo que hicieron, ni menos se nos ha explicado qué delitos cometieron
las víctimas para merecer tales castigos. Por el contrario, en
un careo de mi madre con Baeza, hace algunos años, éste
le dio a entender que ella estaba loca y que tal vez sus hijos y su esposo
nunca existieron. O sea, burla y más burla.
Ahora
me pregunto si con todos estos antecedentes todavía se atreven
a decir que "las víctimas se lo buscaron..." y que lo
que los familiares buscamos después de 29 años ¿es
venganza? ¿Pedir Justicia es buscar venganza, Sr, Vidal?
Yo nunca he escuchado a mi madre -hoy de 79 años, con ánimo
vengativo. Nunca, durante su larga lucha por Verdad y Justicia; nunca
la he escuchado pedir que a los torturadores de mi familia los cuelguen
de los testículos como lo hicieron con mi padre. Sólo le
he escuchado decir: ¡Ay! Ojalá algún día se
reconozca que mi viejo y mis hijos no fueron delincuentes ni gente de
mal vivir y se limpien sus nombres. Así podré ir y mostrarlo
a quienes me apuntaban con el dedo y se mofaban.
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